sábado, 27 de septiembre de 2008

Este poema nos los dedicó Nuestro hijo Jorge, en la celebración de las Bodas de Plata.

Tras sus ojos,
Sus manos,
Sus caricias tímidas,
Su mirada quebrada,
En aquellos días lluviosos
de invierno.
Sus besos suaves,
que siempre conseguían abrigar el hielo.
La baba incontenible,
ante la risa del bebé,
el abrazo sincero del hijo que se va.
Tras la pasión a menos,
las palabras eternas,
que sus labios encogieron,
para encerrarla vivas en un corazón.
Tras el sólo ser por el otro esta el secreto.
No han pasado 25,
no es cierto.
El amor no es tiempo,
y no hay ayer ni mañana,
solo hoy y siempre,
mientras exista un te quiero.
¡FELICIDADES!
Se olvidó contar a su tiempo que cuando estuve en Barcelona los claustros eran en catalán y también las misas.Una compañera me dijo un piropo que no se olvidará en la vida :cuando llegaste me caíste muy gordo pero al conocerte has adelgazado mucho.

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